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Los trabajos de los escritores

lunes, septiembre 16, 2013

Muchos sabemos porque hemos intentado o hemos probado eso que le llaman "vivir de escribir libros" cosa que es bastante complicada en general. Muchos de los más famosos y reconocidos autores tenían otras profesiones interesantes que eran con las que se mantenían.
Uno de los oficios más típicos es el de Maestro o Profesor, a eso se dedicaron gran parte de su vida autores como Julio Cortázar, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, J. R. R. Tolkien, C. S. Lewis o Stephen King.
Otro de las profesiones más habituales ha sido la de periodista, autores como Arturo Perez Reverte (que era, además, periodista de guerra), Ernest Hemingway (es la última profesión que se le conoce aunque fue también un afamado pluriempleado como veremos más adelante), Charles Dickens (en ascensión desde una fábrica de betún, trabajando como pasante y acabando en esta profesión), Mark Twain (quien acabó en esta profesión tras trabajar también como piloto de barco de vapor durante la guerra y como comerciante de maderas), Miguel Delibes (que empezó como caricaturista y acabó siendo el director del diario El Norte de Castilla), García Marquez (quien iba para abogado pero acabó llamado por las letras) o José Saramago (quien probó suete como cerrajero y en una caja de pensiones)
Otros muchos vivieron como abogados, es el caso de autores como Carlos Fuentes y Octavio Paz y también científicos como Vladimir Nobokov. Otros, como T.S. Elliot o Franz Kafka eran agentes de seguros. O, por ejemplo, Sidonie Gabrielle Claudine Colette abrió un salón de belleza. Y George Orwell fue policía y lavaplatos.
Y además parece que no paran quietos en sus profesiones, como ya hemos referido en algún caso. De los escritores más pluriempleados podemos destacar:
Mark Twain: un hombre que valía para todo. Fue aprendiz de impresor en un periódico de Missouri, tipografo en el diario de su hermano, conductor de barcos por el Missisippi y también trabajó como minero.
Miguel de Cervantes: Nuestro más célebre autor no pasó una vida viviendo de los libros, trabajó como soldado y como comisario de provisiones en la Armada Invencible, proveedor de galeras reales y la tarea más desagradable de todas: recaudador de impuestos. 
Hans Fallada: Mientras se decidía a escribir fue perito agrícola, contable, guarda nocturno, comerciante de cereales y agente de publicidad.
Ernest Hemingway: Como dijimos antes de acabar como periodista probó muchas profesiones, fue reportero, conductor de ambulancias, sparring de boxeadores e incluso "cazaba" palomas en los Jardines de Luxemburgo.
Charles Dickens: Quien acabó como periodista pero comenzó su vida laboral trabajando en una fábrica de betún, pasante y taquígrafo judicial.
William Shakespeare: Relacionó toda su vida y su obra entre sí, a parte de ser el más reconocido dramaturgo de todos los tiempos también fue actor y copropietario de una Compañía Teatral.
Visto esto seguro que más de uno se piensa lo de dejar su trabajo para escribir y decide hacer ambas cosas ya que es posible compatibilizar, tal como han demostrado todos ellos.

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1 comentarios

  1. Muy interesante esta entrada. Es muy complicado vivir de lo que escribes y siempre es mejor compaginarlo con otras cosas si no quieres morirte de hambre.

    Un besiño

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