La idea original es de The Broke and the Bookish y consiste en realizar listas semanales relacionadas con la literatura.

1. Examino los libros para ver que no tengan marcas por el transporte, uso, manipulación. No soporto comprar un libro y que ya venga que parece que lo ha atropellado un autobús (cosa común en la mayoría de grandes superficies).
2. Odio que la gente doble las esquinas de los libros para marcarlas, si ya existen los marcapáginas para eso ¿por qué estropear el libro? Es algo que me da mucha rabia y mi chico suele hacerlo, cosa que me pone de mal humor.
3. Huelo los libros nuevos. Supongo que nos pasa a la mayoría, el olor a libro nuevo mola y ya está, no hay más vueltas que darle. Es una de las cosas que nunca tendrá un e-reader.
4. Ordeno los libros por tamaños. Es una manía, siempre los alineo del más grande al más pequeño en las estanterías, no me gusta que haya un libro alto y uno bajo y otro alto. Me gusta que haya algo de uniformidad en la estantería. En su día también los colocaba por orden alfabético pero sólo si eran ediciones similares en formato y tamaño. Soy rara, que le voy a hacer.
5. ¡¡Muerte a los que pasan la página chupándose el dedo!! Es que es superior a mi, me pone de mala leche y me saca de mis casillas, ¿por qué hay que chuparse el dedo para pasar una página? Si se pasan solas, no se quedan pegadas...No puedo, tengo una buena amiga que lo hace y me entran ganas de asesinar cuando la veo pasándose el dedo por la lengua y luego deslizándolo por la página de un libro o un periódico, con esa parsimonia, ¡argh!
6. Escribir en los márgenes...NO, GRACIAS. Durante un año de mi vida tuve una profesora que nos obligaba a leer libros y tomar notas en los márgenes con análisis del texto, ideas, etc. Y tenías que llevarlo a clase para que ella comprobase que lo estabas haciendo. Me suponía un doble esfuerzo porque no me gusta escribir ni subrayar en libros que no sean para estudiar. Aún a día de hoy cuando me encuentro con alguno de los libros escritos me disgusto. Lo odio. No lo volví a hacer en la vida, me daban ganas de gritarle: ¡Señora, que existe una cosa llamada post-it!
7. Amor eterno a los libros en formato de bolsillo. No es que los grandes no me gusten pero la comodidad para todo (transporte, lectura, almacenaje, etc.) por no hablar del precio de los de bolsillo hacen que sean los libros que más abundan en mi estantería. Aunque algunas ediciones me gustan más en tapa dura (sobre todo cuanto más gruesos son los libros que parece que se desmontan menos).
8. No me gusta prestar libros. No es que sea una antisocial, de hecho antes prestaba muchos pero por culpa de eso me quedé sin media colección de libros de Asterix por no hablar de otro buen puñado de libros que encima ya ni venden ni editan. No es que no me guste prestarlos pero es que odio que no me los devuelvan y más estar detrás de la gente recordándoselo.
9. Me gusta leer de noche. Es mi momento favorito, será que soy nocturna para casi todo pero parece que todo el ambiente está más tranquilo cuando el sol se esconde. De todos modos, ahora leo en cualquier momento pero me gusta más en ese momento.
10. No me gusta poner música mientras leo. Difícilmente consigo que encaje con lo que leo y como me gusta imaginar y ambientar en mi cabeza todas las situaciones poner música me desconcentra. Prefiero escuchar música en otro momento. Es una manía pero ¿os imagináis estar en medio del muro en Canción de Hielo y Fuego con heavy metal de fondo? Aunque algún grupo igual pudiese pegar quizá la canción no lo hiciese con la situación, así que nada, cada cosa en su momento.